Artículo de Kevin Kruse de la Revista Forbes, basado en la entrevista a Amy Edmonson , en el cual que nos explica la manera de fracasar bien para tener una mentalidad de crecimiento. (Agosto 2024)
Amy Edmondson es profesora e investigadora en Harvard Business School, y es conocida por sus aportes y libros de Seguridad Psicológica.
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Winston Churchill dijo que «El éxito es ir tropezando de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo». Y no faltan investigaciones ni ejemplos de lo cierto que es esto. Quizá el más famoso de todos sea el de la psicóloga Carol Dweck, que descubrió que las personas con una mentalidad de crecimiento (una actitud de aprender del fracaso) aprenden y mejoran mucho más rápido que las que no la tienen.
Pero, si asumimos que «fracasar es bueno» y que debemos «fracasar rápido, fracasar a menudo», ¿entonces qué? ¿Cómo debes fracasar exactamente? ¿Cómo es un «buen fracaso»?
Amy Edmondson y su nuevo libro, Right Kind of Wrong: The Science of Failing Well. (El error correcto, la ciencia de fracasar bien)
La forma de fracasar importa
Edmondson se apresuró a señalar que la libertad para fracasar varía mucho en función del entorno. «En los laboratorios científicos, los departamentos de I+D y las nuevas empresas, el fracaso forma parte del trabajo. Es la forma de progresar», afirma Edmondson.
Por supuesto, esto es muy distinto de lo que ocurre en los quirófanos y las fábricas de automóviles, donde el objetivo suele ser cometer el menor número de errores posible. «Fallar rápido y fallar a menudo» no sería un lema adecuado en este tipo de entornos.
Lo que Edmondson quiere decir es que, en lugar de limitarse a fracasar rápido y a menudo, hay que tener en cuenta el contexto del fracaso. Y después, una vez que hayas reflexionado sobre tu fracaso, debes actuar. Edmondson recomienda seguir cuatro pasos.
Cuatro pasos para fracasar bien
Antes de arriesgarse a fracasar, siga cada uno de los cuatro pasos siguientes:
1. El fracaso debe producirse en un área nueva.
«No hay un libro de jugadas para lo que te propones hacer. No hay un camino recto para conseguirlo», explica Edmondson. Si hay gente que ha conseguido exactamente lo que te propones, puede que no necesites arriesgarte a fracasar. Puede que haya una solución con poco o ningún riesgo. «Si te interesa hacer pensamiento original, es necesario alejarse de lo conocido», escribió Edmondson en su libro. Por ejemplo, un profesional del desarrollo del liderazgo podría intentar crear un nuevo programa para líderes emergentes en su empresa. Como el programa no existía antes, la oportunidad de crear algo valioso y especial es alta.
2. Ve una oportunidad de avanzar hacia un objetivo valioso.
Si te arriesgas a fracasar, debe haber una oportunidad significativa al otro lado. Pregúntate: «¿Qué objetivo espero alcanzar? ¿Es ésta una oportunidad significativa que merezca la pena perseguir?». escribe Edmondson. Por ejemplo, renunciar a tu trabajo para ver si puedes ganarte la vida en algo que te apasiona es un riesgo de mayor valor que renunciar a tu trabajo para ver si puedes ganarte la vida en algo que sólo te entusiasma. Tiene que merecer la pena fracasar por tu objetivo.
3. Has hecho los deberes.
Antes de pasar a la acción, Edmondson recomienda recopilar información relevante y elaborar una hipótesis meditada. «Un fracaso inteligente significa que has reflexionado sobre lo que sabes y lo que no sabes. Tienes buenas razones para creer que tu acción podría funcionar», señala Edmondson. Por ejemplo, si estás probando un nuevo proveedor de inteligencia emocional, deberías ponerte en contacto con sus clientes actuales. También debes comparar sus precios y ofertas con los de la competencia. De lo contrario, estarás creando un riesgo innecesario de fracaso.
4. Tu fracaso no es más grande de lo necesario.
Un error que comete la gente cuando acepta el fracaso es cometer errores innecesariamente grandes. «Tu fracaso debería darte la información que necesitas. No debe ser peligroso, derrochador ni excesivamente costoso», explica Edmondson. Por ejemplo, una comercializadora podría arriesgar una gran parte de su presupuesto en una nueva campaña cuando le habría ido mejor realizando una campaña experimental más pequeña. Podría haber aprendido la misma lección a un precio menor. En caso de duda, busque formas de poner a prueba su idea.
Poner en práctica estas ideas
El fracaso es una de las herramientas más valiosas que tiene a su disposición. Y aunque se presta mucha atención a la importancia de ver el fracaso como una oportunidad, se presta mucha menos atención a cómo fracasar realmente. La próxima vez que tengas que decidir cómo seguir adelante con un proyecto, una actividad o una decisión, sigue los cuatro pasos de Edmondson.
Probablemente tendrás una idea mucho más clara de cómo quieres avanzar.
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Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com
Edición: Rubén Vega
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