Sí así es, no estás leyendo mal… efectivamente el liderazgo ágil no es para vos si:
- No podés dejar de controlar todo y a todos.
- Si le decís a las personas lo que deben hacer y cómo hacerlo.
- Si el equipo no puede tomar decisiones si no estás presente.
- Si crees que las mejores ideas solo vienen de vos.
- Si crees que el equipo es incapaz de auto-organizase sin un líder formal.
- Si crees que el liderazgo solo se da con un puesto.
- Si piensas que lo más importante son las tareas, los procesos, los resultados y no las personas.
- Si crees que siempre las cosas deben salir bien a la primera y no hay lugar para errores.
- Si crees que los planes son para ser cumplidos, sin espacio para cambios o adaptabilidad.
- Si crees que el feedback es una perdida de tiempo.
- Si crees que involucrar a tus clientes o stakeholders en el desarrollo de un producto o servicio te hace ver como que no sabes lo que haces.
- Si eres de los que piensas que al trabajo se va a trabajar y no a hacer amigos.
- Si en tu equipo no hay espacio para la diversión y para generar confianza.
- Si crees que experimentar es un riesgo que no se puede correr.
La buena noticia, es que si querés, podés aprender a pensar y a trabajar de otra forma. Una característica clave en el mundo que vivimos y en los mejores líderes es que nunca terminan de aprender y lo mejor de todo… desaprenden para aprender de nuevo y esto es una constante.
El liderazgo ágil implica romper ciertos paradigmas y en mi experiencia cuando se cuestionan algunos como: “es que yo soy el que sabe” “tengo que decirle a todos lo que tienen que hacer” “si yo no estoy las cosas no suceden” y así puedo darte muchos ejemplos, la pregunta que surge es: entonces si ya no hacemos esto, ¿cuál es nuestro rol?
¡Ahá! Y ahí se abre la puerta al nuevo mundo del liderazgo y del liderazgo ágil:
Partimos primero del hecho de que líder no es solo el que tiene un puesto, el liderazgo puede residir en cualquier persona, pero si lo queremos ver desde la perspectiva tradicional, es decir alguien con rol en el cual está a cargo de un equipo (que podría ser un jefe o un líder), el rol se enriquece muchísimo y su impacto también. Su enfoque ya no está “dirigir” sino en apoyar y adaptar su rol dependiendo de lo que se necesite, ya sea como:
Coach: ayudando a otros a que descubran sus propias respuestas
Facilitador: apoyando en la remoción de obstáculos para que el equipo brille y logre sus resultados.
Mentor: compartiendo sus conocimientos para que otros aprendan de sus experiencias y prácticas.
Entrenador: Enseñando y guiando para que otros aprendan
Observador: haciéndose a un lado para que otros propongan y brillen, y observando para dar feedback, pero también para aprender de otros.
Todo esto requiere humildad, aprendizaje, práctica y sobre todo estar dispuesto a estar al servicio de otros, y no esperar a que otros estén a tu servicio.
¡Cuando comprendemos esto y estamos dispuestos a renunciar a los viejos paradigmas para empezar este recorrido, en ese momento el Liderazgo ágil es para vos!
Escrito por Silvia Brenes, Agile People Coach.
silvia@puraestrategia.com
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