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Experimento : Viernes de vino

Actualizado: 1 jul 2022

¿Les ha pasado que tu sentido de responsabilidad no les permite “dejar de hacer”? A qué me refiero con esto? Tiene mucho ver con el” tengo que” y con esa sensación de que si no tienes muchas cosas por hacer, te sientes mal, como si no estuvieras aprovechando el tiempo.



Quiero contarles mi experiencia y un experimento reciente que hice:

Todo empezó hace unos meses cuando llegaban los viernes y al final del día estaba realmente ¡agotada! Usualmente es un día que me gusta relajarme, tomar un vinito con mi esposo y estaba tan cansada que lo único que quería era dormir. Venía de semanas de mucho trabajo, sin embargo, a pesar de que amo mi trabajo, el agotamiento era tal que realmente me daba pereza hacer cosas que normalmente disfruto.

¿Les suena familiar? ¡Seguro que sí!

Y entonces, ¿qué hice? y aquí va el primer tip:


Tomar conciencia

Empecé a pensar cómo estaba gestionando mis semanas de trabajo, que estaba haciendo yo que tal vez podía hacer diferente. ¿De qué me di cuenta?

- Que en muchos casos, mi agenda la decidían otros y no yo, es decir, si había un espacio y me proponían una hora para reunión, para mí estaba bien sin detenerme a pensar cuáles otras opciones tenía, que tantas reuniones seguidas tenía que no me permitían ni levantarme del escritorio o que cosas estaba dejando de hacer para dar espacio a esa reunión que no tenía planeada.


Esto me lleva al segundo tip:

Actuar proactivamente y no reactivamente. En el momento en que tomé conciencia de esto, decidí que hay espacios en mi semana o en mi mes que no son negociables excepto por algo muy serio. ¿Y esto que me permitió? Reservar esos espacios para pensar, para desarrollar con calma proyectos o solicitudes de clientes que estaba haciendo en la noche o fines de semana.


Esto me llevó al tercer tip:

Decir que no y negociar. Ya sea que tengas jefe, o que tengas varios como yo (para mí cada cliente es como un jefe) hay que decir que no y negociar tiempos y espacios. ¿Y saben de qué me di cuenta? Que no pasa nada. Si quieres la reunión para mañana, pero mañana ya tengo muchas o tengo mi espacio reservado, pues te propongo que sea pasado mañana y ha funcionado. Esto no quiere decir que no sea flexible, pero el cambio es una excepción y no la norma de cambiar todo en función de otros. Además, al hacer ese cambio, adapto otras cosas en el resto de la semana o el mes.


Tomé conciencia de que el problema no es todo lo que hay que hacer, era cómo lo estaba

haciendo y el nivel de auto-exigencia que me estaba imponiendo. Mi nivel de estrés y cansancio disminuyó considerablemente y mis resultados están igual o mejores. Porque aquí es donde cobra sentido lo que escuchamos muchas veces: el estrés no está afuera, está adentro de nosotros porque es la forma en la que reaccionamos a las circunstancias o a lo que nos pasa.


Por supuesto que habrá momentos de mucha intensidad, pero la clave está en identificarlos y luego balancear para que no se vuelva una montaña rusa en la que siempre estamos arriba.

Tip número 4:

Flexibilidad. Esto me quedó resonando mucho en un curso que estoy llevando de Inteligencia emocional. Si no somos flexibles a la forma en la que abordamos las cosas, en realidad no estoy controlando mis impulsos (porque siempre voy a hacer lo mismo sin pensarlo) y por supuesto mi tolerancia al estrés baja y al pasar esto, mi empatía y la forma en la que resuelvo los problemas no es la mejor.

¿Es magia? NO . Requiere un esfuerzo intencional y autoconocimiento. Sin embargo, si no lo hacemos vamos por la vida reaccionando, llegando al viernes en automático y deseando que el fin de semana sea más largo.


¿En qué me ayudó hacer este experimento, además de lo que ya les conté?


- Hacer mis meriendas con calma a media mañana, media tarde, hacer ejercicio dedicándole más tiempo en ciertos días porque hasta puedo levantarme más temprano de lo usual porque ya no estoy tan cansada.

- Disponer de tiempo de calidad para pensar y desarrollar proyectos y desarrollarme

- Estar y acompañar más a mi familia aún entre semana , en situaciones que son importantes para mí y para ellos.

Ah y por supuesto… tomarme los vinitos con mi esposo al fin del viernes disfrutando y conversando o ¡viendo la peli del viernes!




Por último, hay algo muy importante: experimentar en mí , alternativas o prácticas que después puedo compartir con otros y especialmente en mis procesos de coaching. Esto es coherencia, no puedo trabajar en otros, lo que no trabajo en mí.


¡Espero puedan experimentar! Vale.


 

Escrito por Silvia Brenes, co fundadora y socia de Pura Estrategia y Coaching On Top.


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